Este artículo es el nº7 de la serie relacionada con el Mindfulness: Estrés y Neurociencia
NEUROCIENCIA
Nuestro sistema nervioso se estructura en dos grandes sectores:
1.- SISTEMA NERVIOSO CENTRAL, SNC: Constituido por nuestro cerebro que se estructura en el Hemisferio Izquierdo_ especializado en operaciones lógicas_ y el Hemisferio Derecho_ especializado en operaciones “analógicas” o creativas”_;
2.- SISTEMA AUTÓNOMO O VEGETATIVO, SNA: Constituido Médula Espinal regula procesos fisiológicos y automáticos en el cuerpo _Ritmo cardiaco, respiración, digestiones, metabolismo… también se divide en dos; el SNA Simpático_ que se encarga de las tareas de alerta y de liberar adrenalina y noradrenalina. Este conjunto de nervios estaría localizado en la Zona Media de la Columna Vertebral_ y el SNA Parasimpático, que es su antagonista. Favorece el descanso y la relajación. Ralentiza la frecuencia respiratoria, permite inspiraciones profundas. El SNA Parasimpático está situado en la parte SUPERIOR de la columna Vertebral (a los lados), y en la parte INFERIOR de la columna (siempre a los lados, como rodeándola).
VIDA DESEQUILIBRADA
En nuestra vida cotidiana existen múltiples estímulos que disparan nuestras reacciones de alarma. Estamos demasiado presionados, debemos ser súper hombres y súper mujeres. Vivimos en constante «modo on». Esto sin que exista un objetivo que lo justifique. Anhelamos que sea viernes para ponernos en «modo off». El estrés es la punta del iceberg de la vida que llevamos.
Biológicamente hablando, tener Stress significa que nuestro Sistema Nervioso Vegetativo Simpático se “Sobreexcita”, y que, por tanto, nuestro cuerpo comienza a bombear Adrenalina (hormona producida por las Glándulas Suprarrenales, situadas en nuestra cintura, justo encima de los Riñones). Cuando esto ocurre, la Adrenalina modifica el estado de nuestro cuerpo: Las venas de comprimen (vasoconstricción) aumentando la Tensión Arterial, la cantidad de Sangre y Oxigeno que llegan a los Órganos y al Cerebro disminuye. Al llegar menos Nutrientes al Cerebro, este empeora su rendimiento, llegando incluso a “desconectar” ciertas zonas vitales para nuestro raciocinio, lo que produce “despistes”, “errores” y “bajo Rendimiento”. También los Músculos se tensan, las Defensas Biológicas Disminuyen dejándonos más vulnerables a las enfermedades.
El trastorno de ansiedad representa una alerta sostenida produce que se bloquee la activación del Sistema Nervioso Parasimpático. Que es el que nos pone en «modo off». Al no activarse, no se produce una recuperación. Se altera además, hasta el descanso nocturno. No podemos ni siquiera disfrutar de un sueño que nos dé tregua. Ni por su calidad, ni por su cantidad. Con todo eso, vamos acumulando un gran agotamiento. Eso nos lleva a bajar el ritmo consumiendo productos relajantes o estimulantes. Productos que directamente nos van a perpetuar ese estado de alerta enfermizo. Es decir, no desconectamos nunca. No nos desenchufamos.
BUSCAR EL EQUILIBRIO
Para equilibrar nuestra vida, debemos hacer todo aquello que nos ayuda a serenarnos mental y emocionalmente. Estimular el SN Parasimpático nos traerá la relajación y la calma que a su vez activan la creatividad, la intuición y la acción sin esfuerzo. Entre las prácticas que podemos fácilmente abordar para todo ello tenemos:
– La gestión de las emociones;
– Recursos y habilidades sociales;
– El ejercicio de la Atención Plena;
– El conocimiento de la Respiración;
– Escuchar el cuerpo;
– La práctica de la pausa;
La práctica del Mindfulness y la Inteligencia Emocional recogen éstas y otras técnicas imprescindibles para vivir un entorno más pleno y saludable.