Este artículo es el nº5 de la serie relacionada con el Mindfulness: Bodyscan o Escaneo Corporal
Cuando, negándonos a quedar atrapados en la capa de pensamientos enjuiciadores sobre nuestro cuerpo nos dedicamos a experimentarlo realmente, la visión que tenemos de nosotros puede experimentar todo un vuelco. En el mismo momento en que volvemos a establecer contacto con las sensaciones corporales, estamos reconectando con nuestra vida y con nuestro cuerpo, lo que literalmente nos torna más reales y vivos. En tal caso estamos viviendo la vida en tiempo real tal como se despliega, instante tras instante, en la conciencia.
El objetivo del escáner corporal consiste en sentir y habitar las distintas regiones en las que nos concentremos y permanecer con ellas lo mejor que podamos en el presente atemporal. Lo normal es realizar un recorrido continuo a lo largo de todas las partes del cuerpo, de abajo arriba y de arriba abajo, tantas veces como deseemos, percibiendo todas y cada una de las sensaciones de que seamos capaces. Llevamos unas cuantas veces el aire a cada una de las regiones al inspirar y de cada región al espirar y dejamos, cuando nuestra atención pasa a la siguiente zona, que desaparezca del ojo de nuestra mente. En la medida en que soltamos las sensaciones que encontramos en cada región y los pensamientos e imágenes asociados a esa parte del cuerpo, los músculos de esa región literalmente se aflojan, se relajan y liberan la mayor parte de la tensión que puedan haber acumulado.
La práctica regular del escáner corporal alienta y desarrolla la tranquilidad, el mindfulness y la estabilidad mental (concentración). Nos permite advertir que, en cada ocasión, nuestro cuerpo no es exactamente el mismo. Esto nos permite advertir que nuestro cuerpo está cambiando de continuo.
Bibliografía: “Vivir con plenitud las crisis” de Jon Kabat-Zinn