Mindfulness n.21: Atención y Memoria III

 

Este artículo es el nº21 de la serie relacionada con el Mindfulness: Atención y Memoria III

Este artículo continúa con la serie de prácticas y recomendaciones para ejercitar y mejorar la memoria desde la Atención Plena.

HAZ EJERCICIO
El cerebro necesita horas de sueño para recargar las pilas, pero también oxígeno para optimizar su actividad celular. El ejercicio físico favorece la circulación de la sangre y la oxigenación de las células del cerebro.

EVITA LAS DISTRACCIONES
Para hacer su trabajo, la memoria necesita concentración. No esperes aprender esas fórmulas matemáticas o los elementos de la tabla periódica si al mismo tiempo estás leyendo los mensajes del móvil o viendo la televisión. Quizá puedas hacerlo, pero tardarás más o se olvidarán antes.
Esto también se aplica al entorno de trabajo. El desorden, el amontonamiento de objetos en la mesa del despacho o de estudio, distrae la mente y evita que se concentre en la tarea de memorizar. Intenta que la mesa en la que trabajas o estudias esté lo más despejada posible. De hecho, vacíala por completo. Lo mismo se aplica a la sala, en la medida de lo posible.

SE POSITIVO
Seguro que has oído hablar de los placebos: medicinas o remedios que no hacen absolutamente nada, pero que producen beneficios en el organismo porque nuestro cerebro cree que curan de verdad. Muchos médicos atribuyen esta propiedad a la homeopatía. El efecto contrario también funciona: hay casos documentados de indígenas americanos que han fallecido a los pocos días de que el chamán de la tribu les haya echado una maldición o les haya pronosticado su muerte. El único poder era la autosugestión. También se sabe que una mentalidad positiva ayuda a curar más rápido todo tipo de enfermedades. Nuestra forma de pensar afecta a nuestro cuerpo, para bien o para mal. Y como parte de él, a nuestro cerebro. Si repites constantemente “no puedo aprender esto”, “no soy capaz de memorizar esta lección”, “voy a suspender mañana”, el cerebro rinde peor e incluso despierta la ansiedad y el estrés que bloquea aún más la memoria.
Antes de memorizar algo importante, repite varias veces en voz alta “tengo buena memoria” o “es fácil recordar esto”. Pensamientos positivos que reducirán la ansiedad y conseguirán que tu cerebro rinda al 100%.

 

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