Este artículo es el nº20 de la serie relacionada con el Mindfulness: Atención y Memoria II
En relación al artículo anterior sobre cómo influye la Atención Plena en la memoria, vamos a completar este tema con algunas prácticas y recomendaciones para ejercitar y mejorar la memoria.
EL AMBIENTE ADECUADO
Se sabe que existen ciertas condiciones ambientales que favorecen la memoria, y ayudan a recordar información con más facilidad. Diversos estudios han demostrado que escuchar música clásica mejora la memoria y el aprendizaje. Este tipo de música dinamiza la actividad de los genes implicados en la memoria, el aprendizaje, la secreción y el transporte de la dopamina, una molécula que disminuye la presión arterial y protege la mucosa intestinal. En el caso del cerebro, la dopamina fortalece la comunicación neuronal.
DORMIR ES EL MEJOR EJERCICIO
Mientras que los músculos de nuestro cuerpo exigen que nos movamos y hagamos ejercicio para mantenerlos en forma, el motor regulador del cerebro es el descanso nocturno. Aunque un adulto puede llevar una vida normal durmiendo 5 o 6 horas, mantener el cerebro en plenitud exige dormir al menos 7 u 8 horas. El sueño refuerza la memoria, hace que los recuerdos se asienten, y filtra todo aquello que no necesitamos. Como hemos comentado, la siesta de media hora también es un excelente truco para mejorar la memoria, especialmente si debes realizar actividades intelectuales por la tarde, como trabajar o estudiar.
Otra sencilla forma de memorizar mejor y mejorar la memoria a corto plazo es echarse una siesta de unos 45 o 60 minutos. Por ejemplo, antes de estudiar para un examen. Investigadores de la Universidad de Saarland (Alemania) han demostrado que las personas que se habían echado una siesta previa, memorizaban más palabras que otras que no lo habían hecho.
EL ESTRÉS A RAYA
Otro factor que afecta negativamente a la memoria es el estrés. Se ha demostrado que las personas estresadas retienen peor el aprendizaje, e incluso lo olvidan por completo a las pocas horas. Relájate, medita, desconecta, y reduce la ansiedad antes de estudiar para un examen o trabajar en un proyecto profesional complicado. Un buen truco consiste en cerrar los ojos y realizar 8 o 10 respiraciones lentas y profundas, exhalando el aire muy despacio, para relajar el cuerpo.