Meditación n.9: Diferentes tradiciones, Meditación Zen

 

Este artículo es el nº9 de la serie relacionada con la Meditación: Meditación Zen o Zazen

El zen es una escuela del budismo mahāyāna. La palabra zen es la pronunciación en japonés de la palabra china “chan”, que a su vez deriva de la palabra sánscrita “diana”, que significa ‘meditación’. Cabe destacar que el maestro japonés Daisetsu Teitaro Suzuki iguala el dhyana con el zazen.

Apartándose del conocimiento teórico o intelectual, el zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional, más allá de la mente concreta y de sus conceptos basados en la ignorancia de los 5 sentidos ordinarios. El Chan es por antonomasia la tradición budista de la intuición y la espontaneidad.

Para empezar, la práctica meditativa consiste en desplegar una mirada interior panorámica, acogiendo todo lo que surja; los pensamientos, las sensaciones o las emociones; sin rechazarlas ni perseguirlas. Permaneciendo fijos, anclados en esta experiencia viviente del cuerpo. Toda la habilidad va a consistir en metamorfosear todos los obstáculos interiores y que nuestro cuerpo, nuestra respiración y nuestra mente se conviertan en el espacio de nuestro despertar.

Al principio encontraremos problemas con la estabilidad interior, con la tonicidad, hasta sentirnos cómodos. Estar cómodo comporta igualmente una dimensión psicológica, la confianza. Con el transcurrir de las meditaciones, las perturbaciones se van a ir calmando. Vamos a sentiros tranquilos, apaciguados. Pero este no es el fin de la meditación, al contrario no es más que su primera etapa. La puerta de entrada. A partir de esta calma, nos hará falta ir más lejos, dar un salto a lo desconocido. Existen diferentes técnicas para calmar el espíritu, mas para dar este salto, fundamentalmente no existe ningún método.

Los Koans en el Zen
En el budismo zen japonés, la otra escuela principal, llamada rinzai, está especializada en los llamados koan. En origen hacía referencia a diálogos y sucesos entre maestro y discípulo registrados de manera escrita. Los más famosos son los de Huineng, sexto patriarca del Chan.
Un koan puede ser una pregunta sin aparente sentido. El practicante investigará este tipo de pregunta con una concentración total hasta que su razonamiento conceptual quede erradicado, y así pueda surgir prajñā, la sabiduría intuitiva. Esto ocasionará un despertar (en japonés: satori, o kensho) a su naturaleza búdica, la iluminación.

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