Meditación n.10: Meditación y Concentración

 

Este artículo es el nº10 de la serie relacionada con la Meditación: Meditación y Concentración

Después de una serie de artículos destinados a conocer las principales tradiciones que cultivan el arte de meditar, para poder entender qué es realmente situarse en un estado meditativo, necesitamos definir una serie de conceptos que nos irán abriendo el paso hacia esta comprensión.

Uno de los estados previos a la meditación es el conocido como Observación o Concentración Psicológica, también llamado en sánscrito PRAYATARA.

La concentración está íntimamente ligada a la atención. De esta manera, la concentración de la atención está vinculada con el volumen y la distribución de la misma, las cuales son inversamente proporcionales entre sí. Así, mientras menos objetos haya que atender, mayor será la posibilidad de concentrar la atención y distribuirla entre cada uno de los objetos (Celada y Cairo, 1990; Rubenstein, 1982). Se denomina concentración a la inhibición de la información irrelevante y la focalización de la información relevante, con mantenimiento de ésta por periodos prolongados (Ardila, Rosselli, Pineda y Lopera, 1997). La Concentración de la atención se manifiesta por su intensidad y por la resistencia a desviar la atención a otros objetos o estímulos secundarios (Kahneman, 1973).

Existen dos aspectos opuestos de la concentración que conviene conocer. Estos son la Oscilación de la atención frente a su Estabilidad.

La OSCILACIÓN de la atención son periodos involuntarios de segundos a los que está superditada la atención y que pueden ser causadas por el cansancio (Rubenstein, 1982). Para Celada (1990) el cambio de la atención es intencional, lo cual se diferencia de la simple desconexión o distracción, dicho cambio proviene del carácter de los objetos que intervienen, de esta forma siempre es más difícil cambiar la atención de un objeto a otro cuando la actividad precedente es más interesante que la actividad posterior. Esta capacidad para oscilar o desplazar la atención puede ser considera como un tipo de flexibilidad que se manifiesta en situaciones diversas, especialmente en las que tenemos que reorientar nuestra atención de forma apropiada porque nos hemos distraído o porque tenemos que atender a varios estímulos a la vez (García, 1997; Rubenstein, 1982; Orjales, 1999).

La ESTABILIDAD de la atención viene dada por la capacidad de mantener la presencia de la misma durante un largo periodo de tiempo sobre un objeto o actividades dadas (Celada y Cairo, 1990). Es necesario recalcar que para obtener estabilidad en la atención se debe descubrir en el objeto sobre el cual se está orientado nuevas facetas, aspectos y relaciones, la estabilidad dependerá también de condiciones como el grado de dificultad de la materia, la peculiaridad y familiaridad con ella, el grado de comprensión, la actitud y la fuerza de interés de la persona con respecto a la materia (Rubenstein, 1982).

Para adentrarnos en el proceso meditativo resulta necesario estabilizar la Concentración.

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