Mindfulness n.24: Auto-observación

 

Este artículo es el nº24 de la serie relacionada con el Mindfulness: Auto-observación

La Atención Plena u observación dirigida a uno mismo es lo que nos impulsa en cada momento a estar atentos a nuestros pensamientos-emociones y acciones. Es decir, a lo que pasa por dentro y lo que hacemos fuera: hablar, escuchar, andar… Es sólo a través de la auto-observación que podemos realizar una auto-evaluación para saber si necesitamos ajustar alguna conducta a la situación presente, o adaptar una actitud a una nueva realidad.

La auto-observación es una función que necesariamente realizamos conscientemente, y por lo tanto es incompatible con el piloto automático.

Otra característica de la auto-observación es que necesitamos situarnos a una cierta distancia de nosotros mismos para poder “vernos” desde un punto de vista más amplio. Este desdoblamiento entre observador-observado nos va a ser muy útil tanto para darnos cuenta o tomar consciencia de ciertas situaciones como para facilitarnos la NO implicación o NO involucrarnos emocionalmente en ellas. La emocionalidad nos arrastra directamente al piloto automático, porque su velocidad es altísima y no nos deja ni tiempo ni espacio para la reflexión. Sin embargo, si logramos mantenernos a la justa distancia para no contar con la participación de la emocionalidad, vamos a tener un poco más de tiempo para controlar la situación y tener la posibilidad de realizar un pequeño análisis o valoración de qué cual es la respuesta más adecuada a la situación que se nos presenta.

 

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