Este artículo es el nº35 de la serie relacionada con el Mindfulness: Vida diaria. Tomar el desayuno
Deja que el desayuno sea un momento de tranquila y sosegada felicidad. No leas el periódico, no enciendas el televisor, no escuches la radio. Siéntate en una postura correcta y mira los alimentos de la mesa. Observa a las personas que han tomado asiento junto a ti, respira y sonríe mientras el reconocimiento y la gratitud se abren paso en ti.
Puedes dedicarles unas palabras. Por ejemplo: «¡Es estupendo que te sientes a desayunar conmigo, mamá!» o «Hace buen tiempo hoy, papá, así que recuerda salir fuera y echarte en la hamaca por mí» o «Cariño, hoy voy a terminar el trabajo un poco antes, por lo que estaré aquí para ayudarte a preparar la cena». Este tipo de comentarios agradecen la preciosa presencia de las personas a las que amas; son una práctica de mindfulness.
Con la plena consciencia, la interacción durante el tiempo del desayuno puede servir para que tú y tus seres queridos reconozcáis y apreciéis las diversas condiciones de felicidad de las que disfrutáis. Después del desayuno, el hecho de recoger la mesa y limpiar el bol puede suponer una alegría antes de comenzar el resto del día.
Bibliografía: La Paz está en tu interior. Prácticas diarias de Mindfulness de Thich Nhat Hanh. Ed. Espasa Libros, S. L. U.